Pedro de la Mugre

 

Avanzar hacia la infinitud de la suciedad.

Integrarse en el vértigo de la mancha.

Recombinarse con la hondura del harapo.

Reconocer que, cualquiera que sea su origen, todo es o está en proceso de ser de la mugre. Es el foco quien se siente atraído por la sombra de su margen; es el límite quien tizna de luz a la idea. Y disfrutar las vistas que se tienen desde lo hondo.

Si esta es la posición que nos dejan, que sea lenta, suave y lúbrica como todas las escenas de las que no se puede salir. De la Mugre es coda y apellido, asunción de espacio y tiempo, estrato para crear y comunicarse. Forma para decir que seguimos vivas, detrás de lo evidente, contra toda la lógica de la subordinación.

 

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